About la bloggera.

Mi foto
Rosarina, infantil, extremista. Actualmente viviendo en Baires

Bienvenidos (:

Buenas, acá debería ir un saludo cordial por haber entrado/haberse topado con mi página *inserte saludo cordial con una carita feliz* Tendría que decir que en realidad este blog no tiene una temática fija, en realidad ya ni recuerdo el motivo de por qué lo hice, o cuando lo hice, pero acá esta firme siempre cuando quiero vaciar un pensamiento o en esos arranques de querer mostrar al mundo entero lo que uno hace/escribe. De manera anecdótica: decidí andar con una agendita de hojas blancas para todos lados, a veces las ideas te pueden venir en el colectivo/en la facultad/caminando/hablando con alguien, no sé si les pasará ,como a veces sucede con los sueños, que si dejas una idea esta en un ratito se puede ir -a menos que sean esas testarudas que te presionan a más no poder hasta que le des un poco de atención- bueno, la idea de empezar a llevar la agendita es para poder atrapar a tiempo a esas tímidas que se asoman un poquito y pueden huir.
Creo que este blog es para esos momentos que se asoma una en los momentos que estoy en la computadora, además de poder mostrar que pese a que una idea puede ser un tanto tímida, miedosa, con poco estima de sí, todas son lindas y se pueden apreciar. Las mías están por acá.

14/12/12

No a la violencia de genero!

Esta es una nota de una ex alumna de mi escuela secundario (Instituto Politecnico Superior, conocida como la mejor escuela de Rosario). La subo a este espacio porque es INDIGNANTE lo que dice y espero que así se pueda ir difundiendo.

"Indignante situación que le tocó vivir a una compañera de la escuela, otro ejemplo más que muestra que la violencia de género está firmemente instaurada en nuestra injusta sociedad, que busca oprimirnos, someternos y dominarnos a las mujeres. Pero ya no somos sumisas, ya no nos quedamos calladas, y Liza lo demuestra dando a conocer las situaciones de abuso sexual que vivió su hermana en su misma escuela, el cholulo Politécnico, indignándose día a día con las políticas y con el trato de las autoridades durante su transcurso en la Institución."


La escuela, el segundo hogar.
de Liza McCartney, el jueves, 13 de diciembre de 2012 a la(s) 13:50 ·

Nuestra familia tuvo implacables momentos de bienestar hasta aproximadamente mi adolescencia. El abrupto no fue por consecuencias de mis rebeldías, como se dá habitualmente y puede estar perfecto. No tuve el tiempo ni el espacio para tener dieciséis años. Cuidaba a mi hermana de nueve años, la llevaba a la casa de mi tía donde nos turnábamos con ella para asistir a mi mama. Es decir, que ya no estaba en mi casa, y mi cama se convirtió en tres sillas juntas del sanatorio. No me arrepiento ni el último momento de vivir todo eso. Ella fue lo que más quise en el mundo. Nos leíamos cuentos, memorizabamos algunos versículos y hasta escuchábamos su disco preferido de Lennon con los miniparlantes que le traía a la sala. Cierta hora, si ella ya no estaba dormida, me decía que duerma, porque mañana temprano tenía que ir a la escuela.

Madrugo, las enfermeras regalan un yogurt, tomo el colectivo y voy. Llego al politécnico, cabizbaja como siempre, para que nadie me vea, porque nadie te escucha ni te preguntan nada. Mientras todos saben lo que me pasa. Eso es, solo eso, un chisme dentro del colegio.
Dos años después que fallece mi madre, pido un permiso a la escuela para salir antes a buscar a mi hermana. El regente me dice con sorna: -Ahahah, Carelli. ¿Otra vez tenés que ir a buscar a tu hermana a la escuela? –Si, le respondo, mi papá está trabajando. – Ah, bueno, se ríe. Y luego me pregunta: ¿Y tu mamá no puede ir a buscarla? Me tiemblan las retinas y las palabras… Entonces trato se simplificar mi nerviosismo en un: No. Y tiene el atrevimiento de preguntarme ¿Por qué? Porque falleció, le digo. Su cara burlona por tratarme como una ratera, cambia repentinamente a sentirse una bestia despiadada. Lo es, sin lugar a dudas.

Y esa fue toda mi contención dentro del Politécnico. Que un tipo, en mi último año en ese campo de concentración de pseudoñoños, me diga: ¡Uh, lo siento mucho! ¡Disculpame! Tomá, tomá tu permiso para salir 15 min antes. Hay un departamento de psicopedagogía en el colegio, al que siempre que fui a ver. Era limpio y ordenado pero jamás había una persona allí. Sólo te llaman de esa cabina si tenías problemas de conducta y notas bajas. Por lo tanto, nunca me llamaron de ese departamento. A pesar que cada vez me carcomía más por dentro, ni siquiera podía mantener la atención, no quería saludar a nadie, y menos a los profesores a los que nunca les importaba si estaba llorando, durmiendo en un rincón del colegio, o leyendo a Kafka en mi regazo.


Dos años después y bajo mi notable disconformidad (aunque me hicieron creer que mi experiencia no debía influir) entra mi hermana al politécnico. Lo primero que hago es ir a la reunión de curso del año. Entonces espero que todos los profesores repitan exactamente el mismo discurso acerca de que los chicos se comportan mal en clase y que no pueden trabajar apropiadamente. Ya finalizada la reunión de padres, en la cual yo soy tutora de mi hermana, me acerco a la psicopedagoga. Y le cuento a grandes rasgos y voz temblorosa mi experiencia en el politécnico. Me piden perdón, disculpas y todas esas clases de sinónimos enajenados para el día de hoy. Pero yo lo único que le pido es que contengan a mi hermana dentro de la institución, que ella también padecía tanto como yo.


Es el primer año de mi hermana en esa institución, tiene trece (13) años. Y en agosto de ese mismo año, es abusada sexualmente en el baño del tercer piso del colegio. Me lo confiesa meses después. Las víctimas de un abuso suelen sentir culpa y vergüenza luego de ser expuesta a tales casos de violencia. ¿Qué hago? Mi hermana es la única parte que me ha quedado en el mundo y también la han sometido a otro infierno.

Busco ayuda, al centro de atención judicial, voy a hablar con las autoridades del colegio junto a mi papa y hago la denuncia. Se las dejo la semana pasada, y hoy cuando mi papa va al colegio lo atienden la rectora, la directora y una abogada del colegio.
En menos de un mes donde con mi viejo estuvimos buscando asistencia para hacer todos los pasos ya que, hoy por hoy, no podemos pagar un abogado. Sisi, en este país hay que pagar aun siendo víctimas. En cambio, el chico que ha sido acusado ya puso abogados, presentando una contradenuncia.

La escuela como siempre, “por ahora”, se lavó las manos. No les importa que mi hermana ya no hable, o que me levantara de un sanatorio para cursar todos los días en esa maldita escuela. Lo único que les importa es que te vaya bien en matemática aunque no tengas ninguna formación ética y moral en tu vida, ni siquiera como materia en todos los años. (La formación ética de quinto año es más bien historia y hasta en algunos cursos la aplica un cerdo oligarca que se hace pasar por “profesor”) La razón de esta nota, es tratar de encontrar una solución. Más allá de todo mi disgusto, mi frustración, y el choque con la institución y su gente que siempre he detestado. Pensé, por incentivo de mi viejo, que quizás en algún momento se podía hacer cargo de algo.


El caso de mi hermana actualmente “ha sido archivado” en juzgado de menores. El chico que la abusó, más grande que mi hermana, sigue yendo al politécnico y cruzándola por veces en los pasillos del colegio. Veces que, mi hermana de trece años llega llorando del colegio, o callada como una tumba por todo el día.


Me importa también la situación del chico (aunque no tendría porque). Pero me parece que necesita urgentemente ayuda psicológica. Este mismo chico a principio de año amenazó con un cuchillo a otra niña y la resolución de este acto fue que los compañeros de la niña fueron y le pegaron.


Ninguna denuncia, ninguna exclamación. Los hechos de violencia de género siguen siendo ocultados y están por todos lados. La escuela no es más que otro reflejo de la sociedad en la que estamos. Pero gracias a Dios la conciencia puede esquivar los límites institucionales y por eso trato de explicar a grandes trazos lo que ha pasado. Lo único que quiero es que mi hermana esté mejor, que vuelva a ser la charlatana de siempre, y que finalmente se pueda evitar y penar esos abusos. También tengo mucha bronca porque “todo el mundo en la escuela” supo de algo y solo muy pocas personas se acercaron a dar una mano.



Por favor ruego difundir, esto no puede quedar acá y nadie se puede quedar de brazos cruzados!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario