About la bloggera.

Mi foto
Rosarina, infantil, extremista. Actualmente viviendo en Baires

Bienvenidos (:

Buenas, acá debería ir un saludo cordial por haber entrado/haberse topado con mi página *inserte saludo cordial con una carita feliz* Tendría que decir que en realidad este blog no tiene una temática fija, en realidad ya ni recuerdo el motivo de por qué lo hice, o cuando lo hice, pero acá esta firme siempre cuando quiero vaciar un pensamiento o en esos arranques de querer mostrar al mundo entero lo que uno hace/escribe. De manera anecdótica: decidí andar con una agendita de hojas blancas para todos lados, a veces las ideas te pueden venir en el colectivo/en la facultad/caminando/hablando con alguien, no sé si les pasará ,como a veces sucede con los sueños, que si dejas una idea esta en un ratito se puede ir -a menos que sean esas testarudas que te presionan a más no poder hasta que le des un poco de atención- bueno, la idea de empezar a llevar la agendita es para poder atrapar a tiempo a esas tímidas que se asoman un poquito y pueden huir.
Creo que este blog es para esos momentos que se asoma una en los momentos que estoy en la computadora, además de poder mostrar que pese a que una idea puede ser un tanto tímida, miedosa, con poco estima de sí, todas son lindas y se pueden apreciar. Las mías están por acá.

28/8/11

Una cena.

Una cena como cualquiera. Antonio y Blanca se dividían los quehaceres. Blanca se ocupaba esta vez de la mesa, iba a usar una vajilla que hace mucho no utilizaban: la de su noche de bodas, esa vez en el que todo fue tan fantasioso para ambos, aquel atardecer en la playa donde ambos declararon su amor y le pusieron un cierto titulo. Ese 9 de febrero en el que incluso el cielo quiso colaborar bañándolos en sus gotas cariñosas, la fecha que el mar dio uno de sus mejores espectáculos y se aproximo junto con las estrellas para regalarles sonrisas a los novios. "Desde ese día pasaron aproximadamente 45 años"- pensó Blanca.
Antonio por otra parte se dedico a cocinar uno de sus platos favoritos: Una exquisita de sopa de ostras perfecta para esa noche de viento que se sentía adentro del hogar. Para la perfecta concentración puso música, tenía ganas de escuchar a Mozart y se dejo llevar por sus armonías y el olor a mar de los mariscos. Cerró los ojos y recordó las tardes de paseo con Blanca, salidas inesperadas llenas de una deliciosa incertidumbre, pasión, alegría y sobre todo un amor pleno que lo expresaban en sus miradas. Volvió a vivir un otoño en el que apenas se conocían y sus edades no superaban los 23 años, correteos sin sentido en una plaza deshabitada en el cual jugaban con el sonido del crujir de las hojas tratando de generar una versión de Yesterday pero natural, esos abrazos que ocultaban las intenciones verdaderas con miradas picaras por ambas partes, un "¿nos vemos mañana?" que ya tenía una respuesta clara en sus mentes. Desde ese día Antonio se dio cuenta lo especial que era Blanca en su vida: lo complementaba y lo llenaba de vida con solo escuchar su risa. Anhelaba sentir sus labios en secreto y contarle todo lo que le pasaba con un beso.
"Y pensar que fue hace más de 50 años..."- Murmuró a sus adentros.
Con la cena lista, la mesa servida y una pareja hambrienta se sentaron a comer en su casa en medio del campo. Nunca les gustó la vida en la ciudad debido al desorden de todos en la urbe. Apenas consiguieron ahorrar un poco de plata mandaron a hacer su casa tal como querían: apartada de todo indicio citadino, rodeado de los arboles, al lado de un estanque. Con un estilo un tanto moderno de ventanales grandes y lugares abiertos, hoy estaban sentados en su sala con paredes de madera un televisor antiguo en la punta izquierda al lado de una pequeña radio a su derecha, sin olvidar la pequeña biblioteca que se presentaba a la derecha de donde se encontraban sentados.
Tomaron la sopa entre miradas y pequeñas acotaciones, cuando terminaron cada uno comentó lo que se había acordado de esa forma empezó una charla llena de recuerdos, de risillas con una que otra carcajada. Retrocedieron en sus vidas y se sintieron de vuelta jóvenes lleno de vida, llenos de magia.
Sus caminatas a la playa, los viajes a los pequeños pueblos aledaños, la dura convivencia juntos (al principio se había creado entre ellos una desorganización por ver quien hacía que en el departamento que compartían, luego de un crudo orden pudieron ocultar de vuelta las garras para volver a residir en paz), el nacimiento de sus dos hijos, su primera mudanza, su segunda y tercera mudanza, el porque se cambiaban siempre de hogar, su retiro del movimiento trabajador, todo eso y algo más recordaron esa noche.
Antonio luego de revivir las noches de danzas encendió la radio y le tendió la mano a Blanca, le estaba ofreciendo bailar otra vez más. La salita se cubrió del sonido y de ellos dos, bailando sonrientes, de sus almas jóvenes que volvían a salir, de sus choques fugaces, de ese amor que nunca se extinguió. Antonio observó a Blanca le rozo sus manos por su rostro, jugó con sus dedos hasta llegar a su pelo blanquecino, la miró, la beso con la misma pasión que poseían cuando estaban en sus 20 y 23 primaveras y resumió todo en dos palabras: "Te amo".
Era tarde, el reloj marcaba las 3 y decidieron acostarse a dormir. Blanca le dio un ultimo abrazo y un beso en la mejilla por las buenas noches, le estaba diciendo, en parte, gracias por la maravillosa noche que tuvieron debido a los dos. Observo por ultima vez a su marido que le esbozo una tierna sonrisa: "Todo esta bien", así se fueron a dormir...
Un día nuevo. Blanca se levantó con los primeros rayos del sol. Quiso levantar a Antonio pero no pudó, sintió su mano al lado de la suya. Su rostro manifestó una expresión suave y pacifica. Su cuerpo aun estaba tibio pero su corazón ya no latía más. Nunca pensó que iba a llegar ese momento y menos en ese día, un pequeño rayo frió entumeció su débil cuerpo y luego... Una lagrima, aunque ya no iba a estar más presente con él, estaba alegre de haber compartido un ultimo momento con él, como si él supiera que esto iba a llegar... Besó al cuerpo inerte en un acto desesperado de decir adiós y entre un tornado de angustia, tristeza y placidez trato de decirle: "Fuiste esa mitad que necesitaba en mi vida, gracias por haberte despedido de mi, nos veremos otra vez".
Ahora la señora se levantó la cama y fue al teléfono. Tenía que llamar a sus hijos para anunciarles el evento que había ocurrido.


Me la baja no poder estar ahí con vos, me la baja no poder compartir nada, me la baja ver miles de relaciones nuevas en face, me la baja que el destino se cague de risa poniendo ante mis ojos cosas que me hacen recordarte, me la baja que seas todo lo que quiero en un chico, me la baja querer decirte algo con toda la ternura del mundo pero no, ya no. Me la baja la distancia. Me la baja el miedo que tengo. Me la baja perderte.

2 comentarios:

  1. Hola Nati, el miedo es el infierno de la humanidad. Un obstáculo o una puerta que nos bloquea el paso a lo que hay más allá. Tu decides si seguir estancada o AVANZAR en tu camino. Pero si decides caminar, mira a todos lados, puedes toparte con cosas maravillosas. Nunca avances lamentándote sobre el pasado, o el presente se te escapará de las manos.

    http://americascuentos.blogspot.com/2010/11/el-hilo-rojo-del-destino.html LEELO

    ResponderBorrar
  2. Esto es mío http://efectodoppelganger.blogspot.com/2011/03/aprendiendo-volar.html creo que escribí algo así de terapéutico

    ResponderBorrar