About la bloggera.

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Rosarina, infantil, extremista. Actualmente viviendo en Baires

Bienvenidos (:

Buenas, acá debería ir un saludo cordial por haber entrado/haberse topado con mi página *inserte saludo cordial con una carita feliz* Tendría que decir que en realidad este blog no tiene una temática fija, en realidad ya ni recuerdo el motivo de por qué lo hice, o cuando lo hice, pero acá esta firme siempre cuando quiero vaciar un pensamiento o en esos arranques de querer mostrar al mundo entero lo que uno hace/escribe. De manera anecdótica: decidí andar con una agendita de hojas blancas para todos lados, a veces las ideas te pueden venir en el colectivo/en la facultad/caminando/hablando con alguien, no sé si les pasará ,como a veces sucede con los sueños, que si dejas una idea esta en un ratito se puede ir -a menos que sean esas testarudas que te presionan a más no poder hasta que le des un poco de atención- bueno, la idea de empezar a llevar la agendita es para poder atrapar a tiempo a esas tímidas que se asoman un poquito y pueden huir.
Creo que este blog es para esos momentos que se asoma una en los momentos que estoy en la computadora, además de poder mostrar que pese a que una idea puede ser un tanto tímida, miedosa, con poco estima de sí, todas son lindas y se pueden apreciar. Las mías están por acá.

3/6/10

Resumen del segundo verdadero asalto.

Empezó de la nada, como todo, sin darme cuenta como podía terminar. Entre sin darme cuenta y seguí así, para mi no pasaba nada, no iba a pasar nada, la calma era suave, tranquila y acogedora, y la seguridad de hierro... Pero quien iba a decir que en invierno el hierro se podía fundir!, mi seguridad se fundió, y me di cuenta en lo que estaba metida, y quería salir. Tenía que salir porque sabía lo que iba a suceder. Tensión, éxtasis, placer, sufrimiento, todo eso sucedía ahí adentro, era un rehén. Al principio quise amigarme con el enemigo, capaz me iba a dejar salir, pero su fuerza de voluntad era de un inquebrantable oro sin pulir, brillaba si lo mirabas de algún lado, pero era resistente ante todo; no me había dado cuenta de eso, hasta que todo lo que hacía por salir era en vano, a veces tenía una chance ya estaba por salir, pero no, me quedaba adentro igual... Hice lo imposible por tratar de que sea libre, hasta que de tantos intentos fui presa de mi propósito, ya no me interesaba tanto salir, sino solo el intentar y ver de que modo podía derribar a mi enemigo, quería buscar el modo de pulir el oro que tenía adentro de el. Llego a fascinarme los infinitos modos que buscaba, me volví viciosa de hacerlo... Hasta que...
De tanto insistir, deje de hacerlo, pero siguiendo con mi juego, de ya no insistir casi me dejan salir estaba por llegar a la puerta, sentía esa libertad, ese aire cálido, fresco, hermoso. Pero no, solo me gozó, me apuntó en la cabeza, estaba entre la espada y la pared, no sabía que hacer, si me iba, iba a lograr todo lo que deseaba, pero mi vicio que llegue a querer se iba, tuve un gran momento de indecisión, no sabía lo que quería. Igualmente de esa indecisión, se cansaron, me dejaron salir. Me fui sin mi consentimiento sin poder hacer nada, me quede sin nada, y sin mi vicio, que ahora lo extraño aunque ya se va a ir esfumando. Al menos ahora puedo oler esa frescura, ese alivio, esa libertad. Al fin me rompieron las cadenas, sin mi consentimiento pero en fin, me las rompieron.

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