Un simple día.

Miro a mí alrededor. El parque esta infestado de caras felices, parejas que no les importa nada disfrutando de ellos dos: de respirar el mismo aire, de besarse como si fuera la última vez. También veo pasar a los grupetes de amigos: saltan, se cuentan secretos, comparten un mate sentados en el pasto, sonríen, demuestran esa risa tan estrepitosa que hasta yo estando a un par de metros bastante considerables la escucho. Ahora en este instante pasa una pareja de viejitos paseando a su gran danés, un perro tan grande pero pacifico. Los pájaros están cantando, el día esta soleado, el estanque esta limpio y reluciente, el verde que me rodea es asquerosamente vibrante. Mejor me prendo un cigarrillo...
Haber analicemos la situación: reprobé todos los cursos, por ende no voy a poder recibirme este año. Mi novia me dejo por vago, despreocupado y según ella "desconsiderado"; Sinceramente que se cague.
¿Que más?
Mis viejos me odian, no entienden mi forma de ver las cosas, creen que si sigo Medicina voy a ser un tipo feliz, la verdad no es así, nunca me apoyaron en lo que quise. Pintar... ¿Hace cuanto que deje de pintar? Ya ni lo sé...
Me agrada sentir esa sensación de relax ciego producto del tabaco, sentirme concluido, dejar salir un aliento mortal, observar formas imaginarias al ver salir el humo gris dentro de mí. Voy a fumar otro más e irme de este parque patéticamente alegre.
Mirá que casualidad, una de las mujercitas que estaba con sus novios en el parque ahora esta llorando, seguramente el boludo metió la pata y le fue infiel. Y bue, a todos le pasa, esos días que en el que a pesar se pinten para ser un día perfecto termina saliendo todo para el orto, así es la vida che.
Voy a seguir con mi camino, las calles están colmadas de personas pero prefiero no darle importancia, es mucho mejor ver a las hojas morir en el suelo producto del otoño, que contagiarme aun más de la sensación de las masas, al menos se que falta poco para llegar a mi departamento, al fin tendré un poco de tranquilidad. Es cuestión de subir los escalones marmolados de la entrada principal, sacar la llave, escuchar el "crack" de la cerradura, empujar la puerta, pasar por el pasillo espejado mirándome siempre en alguno de los reflejos, ver mi cara carcomida por el día, llamar al ascensor, llegar al 5to piso de siempre, abrir la puerta... Y listo, hogar dulce hogar.
A veces siento que hacer la misma rutina me cansa demasiado, tendría que variar como entro al departamento.
Detesto ver siempre lo mismo, la misma pared, estar en la misma cama, tener la misma profesión que encima no quiero, tener los mismos problemas con las mujeres. Todo se ve tan complejo, todo se ve tan complicado, no era así cuando yo pintaba... Podía sentirme un alma libre que hacia lo que quiera, solo si me daban un pincel ya era feliz, estaba en mi mundo, me olvidaba de todo, las energías se iban y me llenaba una vitalidad que solo las pinturas al óleo saben darme. Creo que todo esto me lo busqué yo mismo, el no tener mi propia decisión hizo que termine mal con mi carrera, que me peleé con mis viejos, que no pueda decidir por mi mismo, que no me anime a decirle cuanto la quería a Lorena, que la halla perdido, que halla dejado todo de lado. Si, todo fue un acto en cadena... ¿Será que todo esto me lo hacen para que pueda darme cuenta que lo mío es ser feliz pintando y dejándome llevar por mis sentimientos?
Creo que yo solo mismo lo averiguare, a ver si dejo mi actitud de sorete y de una vez me pongo a hacer lo que siempre deseé.
Desde hoy voy a ser fuerte con lo que pienso y seguir lo que yo quiera.
Mirá vos, al final este día no fue tan malo, solo fue cosa de darme cuenta de lo que tenía que hacer. Que locura che!